¿Fortaleza = no inmigración? No parece
A fin de justificar la impermeabilidad de las fronteras, David Cameron (n. Londres, 1966), el primer ministro británico, ha dicho: «Un país fuerte es aquel que controla la inmigración, no el que permite situaciones ilegales».

Imagen: ‘Noticias Cuatro’.
El aserto parece de dudosa verdad, sobre todo si recordamos el ‘crisol’ multiétnico de los Estados Unidos, país que se hizo fuerte y poderoso gracias al aporte de los inmigrantes. Sin embargo, es cierto que las aduanas existen… Si lo que se pretende es dejar pasar a cualquier persona, entonces debería pensarse en su desaparición, con los riesgos derivados de ello, porque no sólo pasaría gente honrada, deseosa de trabajar y prosperar, sino también narcotraficantes y otros delincuentes. Se trata, indudablemente, de un problema complejo.
(Facebook, 6 / agosto / 2015)
Son náufragos, no gaviotas

Cabezas en la superficie: una fotografía publicada por ‘El País’.
Angustiosa imagen en la portada de El País, el 8 de agosto de 2015, con una información en la que se dice: «Decenas de personas esperan su rescate tras el naufragio de un barco que salió de Libia el miércoles».
(Facebook, 8 / agosto / 2015)
‘Soluciones’ ACNUR
Dice ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, lo que podría decir cualquier ONG, que «hay que ayudar a los países que envían emigrantes a Europa», pero no cita al ISIS, principal responsable de que esas personas necesiten ayuda y de que no puedan recibirla sin riesgo para los ayudadores; y tampoco dice lo fundamental: que las situaciones de pobreza se derivan de conflictos políticos internos, no de la solidaridad europea, que ha sido mucha y lo seguirá siendo.

Imagen: ‘Al rojo vivo, programa de La Sexta’.
Algún día se enterarán en ACNUR de que el «We are the world, we are the children, we are the ones who make a brighter day» no sirvió para nada… o para nada bueno: engrosar los bolsillos de algunos dictadores africanos. Pero la cantinela sigue: ¡qué mala y poco acogedora es Europa!
(Facebook, 31 / agosto / 2015)
Un niño sobre la arena

Fotografía del ‘Diario de León’: ciertamente la vemos, pero apenas podemos mirarla.
Forma parte de una mente sana aceptar la realidad, que no sólo es agradable, sino también hosca, violenta y cruel; pero ni con mil años de psicología positiva sería moralmente asumible lo que muestra esta imagen, y la indignación moral y la pesadumbre son también signos de equilibrio mental.
¿Es difícil solucionar el problema de los inmigrantes sirios, iraquíes y afganos llegados en masa a Turquía, Grecia, Macedonia, Hungría, Chequia y Austria? Seguramente; tanto al menos como inexcusable hacerlo. ¿Huyen de guerras y pobreza? Quién no lo haría, si pudiera, en su situación. ¿O es que es preferible una vida sometida al fanatismo diabólico del Estado Islámico? Desde luego que no.
Se necesitan ideas y remedios, y hay políticos que fueron elegidos para proponerlos: no deberían perder más tiempo. Para eso, entre otras cosas, cobran… y ya han muerto demasiadas personas.
(Facebook, 3 / septiembre / 2015)
Familia entre raíles
La portada de ABC con la que nos hemos amanecido este primer viernes de septiembre es impresionante en un sentido literal: nos impresiona no sólo visual sino personalmente el drama de estos refugiados procedentes de Siria, Irak, Afganistán y otros lugares.
Ello se debe a que los refugiados añaden un daño al propio de los inmigrantes: salir de su país no por un mero deseo de prosperidad, sino perseguidos. Y hay que recordar que el derecho de asilo está garantizado por nuestras leyes; es, por lo tanto, una obligación legal —y no sólo moral— el acogimiento.

Portada de ‘ABC’ el 4 de septiembre de 2015.
Pero se siguen sin mencionar los motivos del éxodo, el porqué de la guerra en los países de origen, las persecuciones a los cristianos y otras minorías, el mal absoluto que constituye el Estado Islámico… Nadie querría vivir sometido a tales presiones y lo normal es huir; pero también los judíos huyeron, mientras pudieron, de los nazis y finalmente no bastó con que algunos países —muy pocos— los acogieran: hubo que combatir a Hitler.
(Facebook, 4 /septiembre / 2015)